El cromo es otro "mineral traza" que el cuerpo humano requiere en pequeñas cantidades diarias (mcg, microgramos) y juega un papel importante en la descomposición digestiva y en el metabolismo (absorción) de las grasas, carbohidratos y proteínas. Estimula la síntesis de los ácidos grasos y del colesterol, los cuales son importantes para la función cerebral y otros procesos corporales. El cromo también ayuda en el metabolismo de la glucosa.
El cromo juega un rol importante en los siguientes procesos:
- Mejora la función de la insulina
- Mejora el control glicémico
- Ayuda al metabolismo de los lípidos
- Baja el azúcar en la sangre
- Ayuda al sistema antioxidante
La dosis diaria recomendada, que es el mínimo requerido para prevenir deficiencias de minerales, es 25 a 35 mcg al día, pero esta cifra no considera cuántas veces una persona va al baño o qué tanto transpira. La dosis óptima es entre 100 y 200 mcg al día.
Consumir menos de 24 mcg al día indica una deficiencia, lo que puede derivar en:
- Resistencia a la insulina y su potencial de desarrollar ‘Síndrome Metabólico’
- Azúcar alta en la sangre
- Altos niveles de lípidos
- Altos niveles de insulina
- Diabetes
Las principales fuentes de cromo son los siguientes alimentos:
- Choritos
- Ostras
- Langostas
- Camarones
- Brócoli
- Cebada
- Carne de Pavo
- Jamón curado
- Avena
- Levadura de cerveza
NOTA: Un estudio prospectivo de 3648 adultos de 20 a 32 años de edad encontró que las concentraciones iniciales de cromo en las uñas de los pies estaban inversamente asociadas con la incidencia del síndrome metabólico durante 23 años de seguimiento. Por estas razones, algunos científicos han planteado la hipótesis de que los suplementos de cromo podrían beneficiar a las personas con síndrome metabólico.
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